no hay derecho

Jueputa, más de 2 meses de no escribir ni mierda… que rápido que pasa el tiempo y que poco se disfruta.

Hoy volví a retomar el blog por una vara que me tocó ver y vivir antier (martes) y que me prometí no pasar por alto y aunque sea por este medio me quiero cagar en alguien que ni siquiera conozco!

Ya casi jalaba de la clínica por una laringoamigdalitis (eso dijo la doc que tenía) cuando escuché a una persona sollozar (para las internacionales, sollozar es el sonido que se produce cuando se llora), y si, estaba en lo cierto: era una señora, entre los 40 y 50 años con su nariz posiblemente rota, la cual tapaba con un trapo de cocina cubierto de sangre.

La reacción general de los pocos que estábamos ahí no se hizo esperar, callados sin saber qué hacer, solo contemplando tan extraña situación… por más que queríamos seguir en lo nuestro no se podía, la mujer no paraba de lamentarse.

Mi mamá (que me acompañaba) no se quedó con el clavo (fue a investigar), y entre lo poco que alcanzamos a escuchar por parte de la mujer fue “me gustaría decir que soy de la estadística de las mujeres que se accidentan en casa, pero no…”.

Maes , creo que sobra decir que cuando escuché eso de su voz quebrantada hasta tragué duro… el malparido del esposo recién la había agredido y ella lo único que acató fue tomar un paño de cocina, su bolso de mano y salir corriendo en busca de ayuda.

Impotente, adolorida… más allá de su dolor físico, creo que lo que más calaba en ella y le provocaba ese incesante llanto era el dolor interno de sufrir una situación tan traumática como esa.

Yo digo una vara: cualquier mae que se rebaje a agredir a una mujer, de manera física o de cualquier otra manifestación no es digno de llamar hombre, sino que es un pendejo comemierda que no encuentra mejor forma de tratar a un ser humano.

Y eso también va para las mujeres que agreden a los hombres, que aunque se presenta en menor proporción, también se conocen casos.

De verdad que varas como esas calientan la sangre, pero creo que lo más importante es que lo ponen a uno a reflexionar: a dónde vamos con actitudes machistas como esta? Y lo peor de esto es que en muchas ocasiones las dejamos pasar por alto!

Ya dije!